LOS
CONFLICTOS ENTRE POTENCIAS IMPERIALISTAS
Durante
el siglo XIX, a medida que progresaba la expansión
colonial, se produjeron disputas entre
las potencias imperialistas en su intento por controlar
territorial, política y militarmente amplias áreas
de África, Asia y Oceanía.
Con
la pretensión de evitar esos conflictos en
1884 se
reunieron en Berlín los
representantes de 12 estados europeos más
los de Estados Unidos y Turquía
para concretar sus respectivas posiciones en el
reparto de África. |
Sesión de la Conferencia de
Berlín |
Esta conferencia supuso un
intento de atenuar por la vía diplomática
las diferencias que entrañaba la competencia
imperialista en dicho continente. |
Tras la reunión subyacía
la pretensión del canciller Bismarck de
hacer de Alemania una potencia imperialista.
Alemania había llegado con retraso al reparto colonial
y deseaba ostentar una posición internacional acorde
a su potencial económico y político.
También fueron tratados otros
asuntos como el aseguramiento del Congo belga
bajo el dominio personal del rey Leopoldo II o la resolución
de las tensiones originadas por las coincidentes aspiraciones
de Francia y Gran Bretaña sobre Egipto.
En
el Congreso de Berlín se adoptaron las siguientes
resoluciones:
El reparto de África
|
- Se reconocía a Leopoldo II
el dominio exclusivo del Congo belga, frente
a las ambiciones francesas sobre parte de esa
colonia.
- Gran Bretaña y Francia
habían de resolver por sí mismas
sus diferencias.
- Se determinó que aquella potencia que
controlara el litoral de un
territorio ostentaría de hecho la autoridad
sobre el interior del mismo. Ello estimuló
la penetración desde la costa hacia el
interior del continente en una frenética
lucha por hacerse con la mayor extensión
posible e impedir que los rivales hiciesen lo
mismo.
|
El
Congreso o Conferencia de Berlín se ciñó
exclusivamente a los asuntos concernientes al continente
africano, dejó de lado las restantes zonas
de proyección imperialista. Aceleró
el proceso de reparto, de hecho pocos años más
tarde (salvo Liberia y Abisinia)
no existía en África ningún territorio
que se sustrajera a la dominación europea.
A pesar de los intentos por canalizar
pacíficamente el proceso imperialista, los enfrentamientos
se agudizaron en la primera década del siglo XX,
constituyendo la antesala de la I Guerra Mundial.
Destacaron dos conflictos:
La guerra anglo-bóer
(1899-1902)
El
incidente de Fachoda (1898-1899)